Toda la vida me han gustado los perros. Siempre he sido una "dog person". Aunque me llevo bien con las "cat persons" como mi amiga Anita.
En casa, cuando era pequeña y vivía con mis papás, siempre tuvimos un perro.
Pero pasaron muchos años, sobre todo cuando me vine a vivir a Monterrey, que no sé qué pasó que ya no hubo perros en casa.
Hasta el 2001, que mi papá llegó con un pequeño solovino a casa. El pequeño solovino se convirtió en un hermoso y cariñosísimo labradorcito (crucita). Cuando mi papá murió, hace casi 5 años, mi mamá quiso deshacerse del animalito, pues a ella nunca le han gustado mucho que digamos. Pero claro, nosotros nos opusimos y hasta hoy, ahí sigue el pequeño. Se llama Negro. Originalmente se llamó Max, pero como su pelaje es negro como la noche más oscura, pues lo obvio era decirle....el Negro. Y así se le quedó.
Luego, en el 2002, a mi y a mi hermana se nos ocurrió comprar un perro aquí en Monterrey. Así que nos lanzamos a la carretera nacional a buscar algún perrito bueno, bonito y barato. Y nada. Que dimos con nuestro hijo peludo más chiflado de todos.....el Hakki. El es un Husky (supongo que cruzado con alguna otra cosa porque es demasiado grande) que tiene problemas en su piel derivados del estrés....jajajajaja!!! sí, el pobre tontin se estresa cuando hay algún cambio en la casa (por ejemplo, cuando nos mudamos) y lo refleja en su piel. Es muy chiflado, pero bueno. Aunque recibió instrucción y entrenamiento, no aprendió mucho y sólo sabe dar la pata cuando se la piden.
Finalmente, el año pasado, en enero, llegaron la Mafalda y la Sofía. Mafalda es una crucita de Cocker con maltesito supongo. Ella llegó bebé y la bautizamos así. La Sofía es una basset hound (original y legítima) que llegó ya bautizada y de 2 años y medio. Ella está loca y es una freaky. A estas dos las adoptamos en Prodan, que es una asociación que se dedica a promover el buen trato a los animales, la esterilización de los mismos y en general, a concientizar a la gente sobre ellos. A Mafalda la abandonaron junto con una hermanita. A Sofía también, la regalaron porque su anterior dueño la maltrataba mucho. Ahora las dos viven muy contentas en casa de mis hermanos, aunque el que no es feliz con su llegada es el Hakki, pues obvio, lo destronaron.
Tanto Mafalda como Sofía ya fueron esterilizadas. Hakki y Negro no, pero no lo creemos necesario pues no los dejamos andar de callejeros.
A mi me gustaría tener un perrito en casa, pero no puedo. Como Pedro, mi esposo, es alérgico a los perros, no me deja tener animalitos en casa. Así que, no me queda de otra más que ir a visitar a mis peludos hijos a casa de mi hermana. Eso sí, eventualmente han ido de visita a mi casa, sobre todo cuando mi hermana tiene que salir de viaje y no puede cuidarlos.
En fin, a lo que quiero llegar es que si decidimos tener un animalito en casa, debemos pensar que ellos son parte de la familia y que deben de recibir el mismo amor que los demás integrantes de la familia. No podemos ni debemos maltratarlos y sí debemos darles el amor que se merecen.
Porque, un perrito, llegues como llegues en la noche a tu casa.....mínimo te mueve la colita y te alegra el día.
