Un viaje muy esperado (2a parte)

Continuaré con mi relato vacacional.
Pues bien, resulta que el sábado 20 de octubre dejamos Nueva York para dirigirnos a Boston. A diferencia del día anterior, este fue un día soleado y claro, así que le dijimos hasta pronto a la gran manzana bajo un cielo azul hermoso.
Atravesamos Connecticut y Massachussets para poder llegar a Boston. Algo que me pareció simpatiquísimo en Massachussets es que en las carreteras, las señalizaciones tienen unos sombreritos de bruja....recordemos que esa es la tierra en la que se persiguió a muchas mujeres por "practicar la brujería". No pude visitar Salem, pero me propongo hacerlo en el futuro nuevamente en estas fechas cercanas al Halloween.
Algo que a mi me fascinó, y aquí quizás muchos me van a criticar, pero bueno, yo estudié mi primaria y secundaria en un colegio bilingüe donde, parte de la onda de enseñarnos el inglés era también meternos dentro de la cultura gringa, así que yo de chavita sí festejaba el halloween y me disfrazaba en la escuela y la fregada..y me gustaba y me sigue gustando. Celebro el día de muertos y me encanta la tradición mexicana, pero el "jalogüin" me divierte muchísimo. Bueno, ya me desvié del tema. El caso es que en el trayecto hacia Boston y en general, casi todo el tour, vi miles de calabazas y cientos y cientos de casas adornadas para celebrar el Halloween. La verdad, me emocioné muchísimo porque es algo que nunca había visto y sí me gustó. Me gustó ver todas las casitas muy monas con sus adornos al frente.
Llegamos a Boston al mediodía y nos dejaron tiempo libre para comer en un lugar que se llama Quincy Market que es como un mercadito para comer, muy mono. Ahí probamos la famosa "clam chowder" o sopa de almeja y también nos echamos una langostita. Super ricas las dos. Valieron la pena.
Terminando de comer iniciamos el tour por la ciudad. Ya saben, lo llevan a uno a recorrer ciertos lugares históricos de la ciudad y te platican todo rapidísimo....toma la foto y...pum...lo que sigue...pero bueno, a pesar de eso, valió la pena conocer esa parte de la ciudad.
De ahí, nos llevaron a conocer Harvard. Muy interesante el tour por las instalaciones de la famosa universidad. Nosotros nos tomamos nuestra foto en la estatua de John Harvard...que dicen que si uno le soba el zapato al tipo, un familiar estudiará en Harvard.....espero que algún vástago mío lo haga..jojojojo....así que yo le sobé el zapato al tipo!
Nos volvieron a dar un tiempo libre por el centro de Boston y nos lanzamos a recorrer la ciudad por nuestra cuenta. Algo que hay que comentar es que nos tocó estar en la ciudad en el 6to juego de los Medias Rojas contra los Indios de Cleveland....se notaba el ambiente beisbolero en la ciudad...veías a la gente caminando rumbo al estadio todos enfundados con sus camisetas de los Red Sox. Muy padre el ambiente.
Definitivamente algún día volveremos a Boston. Me pareció una ciudad que no parece gringa sino más bien tirándole a europea...con un "charm" único. Tiene una personalidad señorial y elegante. Es una linda ciudad, sin duda alguna, y ampliamente recomendable para visitarla.

El domingo 21 dejamos Boston para dirigirnos a Quebec. Uuuuuf!!!! Cuando decidimos hacer este tour, honestamente, nunca pensé que las distancias fueran tan largas. Como que en el mapa se ve que todo está cerca pero ...no..... viajamos el día completo para llegar a Quebec. Eso sí, atravesamos New Hampshire y Vermont antes de llegar a la frontera con Canadá. Tengo que decir que los paisajes por los que atravesamos eran de película. Para mi que jamás había visto el cambio de follaje de los árboles en el otoño, bueno, esto fue una experiencia única. Le dije a mi marido que algún día habremos de volver a eso exclusivamente...a ver el follaje en el otoño.
Al cruzar la frontera canadiense, todo estuvo super light...nada que ver como cuando los mexicanos cruzamos la frontera con EUA....seguimos nuestro camino y comimos en un pueblo llamado Sherbrooke. De ahí....hasta Quebec. Llegamos de noche, y dejamos las maletas para ir a conocer el centro de la ciudad de noche. Quizás por ser domingo, pero había poca gente en el centro histórico y se sentía algo de frío.

Al día siguiente, nos dieron el tour por la ciudad, de día. Uy....que cosa más linda es Quebec.....Nos pasearon por la Universidad de Laval, por el ayuntamiento, nos llevaron a un mirador desde donde se ve el Río San Lorenzo....luego fuimos al río, para tener una vista del símbolo de la ciudad...el Chateau Frontennac, que es un hotel, que en su tiempo fue construido para una visita de la Reina Victoria, que nunca se concretó. Paseamos por una callecita que se llama Rue Champlain muy coqueta...es una callecita comercial....fuimos a un parquecito que adornan muy mono y en esta ocasión estaba adornado por "jalogüin". Me enamoré de la ciudad. Ah...y bueno, hay que comentar que en Quebec hablan francés....así que de repente uno practica sus "oui" por ahí.....De verdad. Si alguna vez tienen oportunidad de hacerlo, les recomiendo ampliamente que visiten Quebec. Yo no me imaginaba que era así de linda. Bueno...debo confesarles que yo no sabía siquiera que la ciudad de Quebec existía. Pensaba que Quebec era sólo la provincia, pero no sabía que había una ciudad, que incluso, fue capital de Canadá. Algún día volveré en invierno. Tengo curiosidad por ver el pueblecito cubierto de nieve.

Siguiendo con el relato, nos dieron tiempo de comer algo ahí en Quebec...ah, antes que lo olvide...compramos unas nieves de vainilla cubiertas con azúcar de maple...bueno...no tienen idea de que cosa tan deliciosa y engordativa..jajajajaj!!!!en fin. de ahí, seguimos nuestro camino hacia Montreal. Nos enfilamos para allá y llegamos a media tarde. Montreal, desde que vas entrando a la ciudad, bueno, es otra cosa. No cabe duda que es toda una metrópoli. Siempre vamos bordeando el río San Lorenzo.....y al llegar a Montreal, nuevamente lo vemos.
Al llegar, nos dieron un tour por la ciudad. Nos llevaron a conocer la isla donde se corre el Gran Premio de Fórmula 1 de Canadá, y bueno, siendo yo una aficionada a este deporte, debo confesar que me emocionó estar pisando la pista. Por otro lado, nos llevaron a conocer una unidad habitacional, donde el guía nos explicó todo con lujo de detalle acerca de los detalles arquitectónicos de esa unidad habitacional. Me acordé muchísimo de Diana, de Mole Verde, en esos momentos. Hubiera querido tenerte al lado para que me explicaras muchas cosas que sé que tu debes conocer.

En fin. Mañana seguiré con el relato, pues de Montreal, aun hay mucho que contar.