El ventarròn

Resulta que el pasado martes regresè a Monterrey desde Tampico.
LLeguè a las 8 AM al aeropuerto y de ahì me fui a casa a cambiarme de ropa para ir a la oficina.
A las 10 AM salì de mi casa, pero como mi marido llevò mi camioneta al taller, me llevè el carro que nos prestò mi hermano...un yaris, de la Toyota.
No habìa avanzado màs allà de 500 metros cuando se empezò a sentir un viento muy fuerte y a lo lejos se veìa una nube muy rara...no era de lluvia...se veìa como polvo...algo cafè a lo lejos. MMnhhhh pensè que entrarìa un frente frìo y que por eso se estaba poniendo asì el cielo y me imaginè que serìa momentaneo el ventarròn.
Avancè hacia mi oficina por avenida Gonzalitos y en una de las jorobas de la avenida...sentì como el carrito se movìò horrible por el viento. Me pesquè bien del volante y segui avanzando lentamente orando por llegar al estacionamiento techado de la oficina. Finalmente lleguè y subì a mi oficina, en un piso 16.
Ya en la oficina, seguìa el viento y lo veìa desde el ventanal. Mis compañeros y yo comentabamos que quizas el mundo ya se acabarìa y por eso el viento tan fuerte de esa mañana. A los pocos minutos...la torre en la que està mi oficina se empezò a mecer. Muy curioso el movimiento de la torre y los plafones comenzaron a crujir. Se oìa horrible aquello.
A eso de las 12:30 avisaron que tenìamos que evacuar. Que el gobierno del estado habìa declarado estado de emergencia y que tenìamos que salir del edificio. Pues asì lo hicimos y con todo el miedo del mundo sali nuevamente en mi carrito pero ahora me fui por Constituciòn.
Aquello era el caos. ANuncios espectaculares caìdos...semàforos caìdos, semàforos sin luz....el carro se movìa horrible en las jorobas por lo que iba extremadamente despacio.
Por fin lleguè a mi casa. Obviamente no habìa servicio de electricidad. Asì que me preparè con unas veladoras y mi marido me hablò por telèfono para pedirme que no saliera de casa.
A el le dieron la salida como a las 4 de la tarde y fue a comprar hielo para evitar que se nos echara a perder la comida.
El viento siguiò soplando con fuerza todo el dìa hasta ya bien entrada la noche.
A la mañana siguiente mi mamà llegò al aeropuerto y fui a recogerla. Ahì nos dimos cuenta de la magnitud del desastre. Espectaculares caìdos, semàforos que desaparecieron, rejas de mallacorla que volaron, arboles tirados por todos lados....bueno....zona de guerra totalmente.
AHora bien, yo pregunto, si esto sucede con unos vientos, no quiero imaginar lo que sucederìa con algo peor.
Da miedo.